Me gustaría empezar hablando del concepto “Pasodoble de Medida”.
Normalmente se llama así a la primera letra que se lleva al grupo, y que sirve
para presentar la música. La temática habitual gira en torno al tipo, o bien un
piropo a Cádiz, o bien al propio grupo o autores (las denominadas
“auto-letras”, muy características en determinadas agrupaciones).
Pero en un sentido estricto una letra de medida no es eso exactamente;
se trata más bien de una serie de líneas, normalmente sin contenido alguno, que
el músico va escribiendo mientras compone, para ir asentando la música, no
olvidarla, y perfeccionarla. Esto se hace así porque, dentro de la propia
autoevaluación constante que exige un proceso creativo, suele ser muy útil
calibrar la calidad de una frase musical cuando ésta se apoya en palabras, y no
en los típicos “na-na-na” o “la-la-la”…
Cuando se ha terminado de componer, queda en el papel una sucesión de
frases, normalmente sin coherencia alguna entre sí, que se han ido escribiendo
sobre la marcha, sin pensar casi nada, tan solo en la métrica y en la rima.
Esta letra servirá como “máscara de entrada” para el resto de las letras que se
escriban, ya con sentido e intencionalidad comunicativa. Y esta sería la
auténtica “letra de medida”.
En mi caso, hace ya bastantes años que no suelo hacer este tipo de
letras sin sentido; me salto este paso, y voy directamente de los “na-na-na” al
pasodoble inicial, o pasodoble de presentación de la música, o en un sentido
amplio, el “Pasodoble de medida”. Y es a este pasodoble inicial al que dedicaré
esta serie de artículos.
La primera comparsa que presentamos al Falla con el grupo “Los Del
Bigote” fue “Los que te meten el corte”. Una comparsa inicial, hecha para
agradar, cuyo objetivo principal era presentar y asentar las bases de una
comparsa joven, pero con las ideas claras, y que anunciara un camino de
crecimiento y proyección. Este objetivo se cumplió con tanta claridad que hasta
se llevó el “premio” (merecido sin duda, en mi opinión) del pase de fase, con
gran satisfacción para todos.
La historia de cómo se fraguó este grupo daría para otro artículo
completo. De momento contaré que el contacto inicial que tuve con ellos fue con
un chico de 20 años, que finalmente no salió en la comparsa, pero que me puso
en contacto con el resto. En uno de esos contactos iniciales, cuando quise
quedar con él me dijo, “no puedo, Fran, tengo que quedarme con mi niña”. “Ah,
pero… ¿tienes una hija?”, “Sí, vive con la madre, pero me toca a mí este fin de
semana”.
Me quedé cavilando. Yo, que con casi 40 tacos era padre de dos niños
pequeños, me intenté poner en la piel de mí mismo con 20 años… ¿Cómo sería eso
de ser padre a esa edad? ¿Cómo se integra en la mente de un joven, casi
adolescente, el que te digan “vas a ser padre”? Y empecé, sobre aquella música
que se fraguó en aquel verano 2014, a escribir versos sin que reflejaran en
absoluto la experiencia concreta de este componente, sino más bien una historia
bonita, idealizada en mi cabeza.
De ahí surgió el pasodoble inicial de “Los Que Te Meten el Corte”. Un pasodoble que no llegó a cantarse en el Falla, ni en preliminares ni en cuartos, pero que quedó para el recuerdo en el corazón del grupo, porque fue la primera letra que se metió, la que más recuerdos trae a algunos, y con ese puntito de nostalgia que conservan para siempre los principios.
No hay grabaciones en vídeo (o al menos yo no dispongo de ellas) del pasodoble interpretado por el grupo original, pero comparto con vosotros una versión acústica que se marcaron el pasado verano 2017 en el Pay Pay cuatro de los componentes originales: Javi Vázquez, Paco Bueno, Migue Hedrera y Sergi Gallardo:
De ahí surgió el pasodoble inicial de “Los Que Te Meten el Corte”. Un pasodoble que no llegó a cantarse en el Falla, ni en preliminares ni en cuartos, pero que quedó para el recuerdo en el corazón del grupo, porque fue la primera letra que se metió, la que más recuerdos trae a algunos, y con ese puntito de nostalgia que conservan para siempre los principios.
No hay grabaciones en vídeo (o al menos yo no dispongo de ellas) del pasodoble interpretado por el grupo original, pero comparto con vosotros una versión acústica que se marcaron el pasado verano 2017 en el Pay Pay cuatro de los componentes originales: Javi Vázquez, Paco Bueno, Migue Hedrera y Sergi Gallardo:
Cuando las piernas me tiemblan,
cuando la voz se me quiebra,
cuando me saltan las canas,
cuando la boca se seca,
y se me hielan las venas,
me acuerdo de esa mañana…
Tú me llamaste, me dijiste:
“ven pa casa”,
yo me dije “algo le pasa”,
que sentirte preocupada no es normal.
Pero entonces,
con mis veinte primaveras
no me daba la mollera
pa esperarme lo que me ibas a contar…
Dos palabras, una prueba, una sonrisa,
y entre besos y caricias,
afronté la realidad:
Tu vientre selló mi promesa,
te dije “¡princesa,
va a ser una niña!”…
Volví tan tarde de tu casa hasta la mía,
por el camino no paraba de soñar;
que si morena, que si rubia, que si flaca,
pero siempre la más guapa
que pudiera imaginar.
Saboreando cada beso que aún no diera,
enfilé las escaleras,
las subí sin respirar.
Desperté a mi madre
en el silencio de la noche,
sin miedo al reproche
que tuviera que escuchar:
“Ay, mamita mía,
ay, mamita mía,
qué pronto he crecío,
dame un beso y no te enfades,
¡que via ser padre!”.
Este pasodoble señaló el comienzo de una etapa que ahora podemos decir que ha sido la más bonita que te ha dado el carnaval hasta ahora. Y esta música fue un buen presagio de ello. Desde la primera vez que lo escuché nunca ha dejado de emocionarme, y así seguirá siendo.
ResponderEliminarBien sabes tú cómo ha sido toda esta historia, lo que se cuente y lo que quede para nosotros, que no será poco, lo llevaremos siempre en nuestra memoria.
EliminarInteresantisimo Fran. Un abrazo y sifue compartiendo estas cositas
ResponderEliminar¡Me alegro que te interese! Seguiré pronto con el siguiente año, El Capitán Babucha. ¡Gracias por comentar!
EliminarBonita historia la del primer pasodoble. Gracias por compartir con los aficionados tus historias
ResponderEliminarGracias a ti por comentar, esto me anima a seguir compartiendo historias y coplas. ¡Que no son pocas!
EliminarTranscribo una pregunta realizada en redes sociales por mi buen amigo Nacho Sacaluga, con la idea de responderla aquí en el blog y enriquecer el contenido:
ResponderEliminar"Interesantísima reflexión, querido Fran, sobre el pasodoble de medida. Atención, pregunta: hay autores que aseguran que ninguna letra se amolda tan cómodamente a la música como la de medida y que incluso en algunos casos se producen pequeñas modificaciones, a veces casi imperceptibles, en la música a partir de la primera letra de pasodoble que se escribe, después de la medida. Cuál es tu percepción al respecto? Abrazo, amigo."
Realmente, querido Nacho, lo que ocurre es que esa primera letra crea como un sello en la música, podemos decir que "imprime carácter", y a partir de esa primera letra todo es diferente. Siempre digo a mis componentes que el mayor reto cada año, en materia de letras, es escribir ese segundo pasodoble que desincruste la música de su primera letra, porque será la única forma de conseguir luego 7 u 8 letras más. Hasta parir esa segunda letra, lo que has compuesto es una copla cerrada, en letra y música, que tiene sentido en sí misma, y que por tanto, es única. Por eso es muy habitual que en esa segunda letra, casi sin darte cuenta, se produzcan alteraciones mínimas musicales, normalmente una acentuación fuera de lugar, o bien una métrica alterada, o una nota ligada con otra que en el primer pasodoble estaban separadas... Inconscientemente, estás como creando otra copla nueva, y te puedes ver arrastrado por nuevos fraseos o cadencias. Por mi parte, hago un esfuerzo consciente y minucioso en esa segunda letra para que no se distorsione la música en nada. Aun así, no es raro que se me cuele algún error y al meterla en el ensayo algún componente diga: "Fran, ¿esta frase seguro que iba así...?" En cualquier caso, Nacho, esta es solo mi experiencia personal al respecto, quizás otros autores tengan otra vivencia distinta.
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