martes, 11 de septiembre de 2018

PASODOBLES DE MEDIDA (3/4): EL RINCONCITO DE LOS MILAGROS (2017)


La tercera comparsa de esta saga, El Rinconcito de los Milagros, nace a partir de las bonitas sensaciones de nuestro queridísimo “Capitán Babucha”, que dejó el pabellón bastante alto en cuanto a aceptación y justo resultado en el concurso.

Tan buenas sensaciones dejó que, en cierto modo, me sentí tentado a caminar por terrenos similares al año siguiente; así me lo decían algunos, que tras “El Capitán” esperaban una continuidad del estilo cómico de esta comparsa, y me retaban a que encontrara otro personaje con el mismo encanto.

Pero me negué en rotundo. Temí encasillarme en una fórmula que funcionó, pero que no representaba exactamente el tipo de comparsa en el que me siento a gusto. No quería tener que pensar en ideas en las que un personaje central llevara más protagonismo que el resto del grupo, cuando yo suelo intentar todo lo contrario. Tampoco creo que la comicidad sea mi fuerte, y la frescura y alegría en escena no tiene por qué ser cómica.

De esta forma, nace el Rinconcito como una apuesta por la alegría y la elegancia, por la melodía y la musicalidad. Una azotea donde unos músicos de instrumentos reciclados representan una metáfora del funcionamiento de una ciudad, de un pueblo, en el que sus gentes son capaces, mediante el ingenio y la vitalidad, de hacer arte a partir de la miseria, de renacer de sus cenizas, de resucitar de entre los muertos… De hacer milagros, en definitiva.

"El Rinconcito de los Milagros", 2017
Foto: Javi Caravaca

En el pasodoble de medida, objeto de este artículo, se vuelve a utilizar de forma aproximada la formulación clásica del pasodoble de presentación descrita ya en la anterior entrada, pero dando mayor extensión al piropo a la ciudad. En este piropo, como milagros, hay hasta trece metáforas de elementos de la ciudad que se “transforman” poéticamente en otras cosas.

También se puede comprobar la referencia a dos autores que me han dejado huella. Cuando parí este pasodoble, dentro del contexto de musicalidad que necesitaba esta comparsa, me di cuenta de que me había salido bastante “abustelado”, como se dice en el argot, y así me lo comentaron los que primero lo escucharon. Ciertamente, creo que José Luis Bustelo es, hoy por hoy, una referencia ineludible para cualquier autor de música de mi generación que pretenda desarrollar buenas melodías. Uno de los cúlmenes de su obra, al menos a mí me lo parece, es el pasodoble “Qué bonita es Cádiz por la tarde” de lacomparsa “Los Acuarelas” (2005). Creí justo reconocer su influencia musical haciendo un merecido homenaje a este inmenso pasodoble en el trío del mío.

La otra referencia es al poeta entre poetas, Paco Alba, y a la famosa quilla de su barca, que apareció por primera vez (creo no equivocarme) en el pasodoble de la chirigota “Los Julianes” (1958).

El pasodoble de medida de “El Rinconcito” ha sido el único en estos cuatro años que se ha cantado en el Concurso. Como corresponde, siendo el primero del primer pase. Aquí el vídeo del pasodoble en el Falla, y a continuación la letra. Te invito, querido lector, a que descubras los trece milagros que comentábamos antes:



Otra vez me he atrevío a cantarte,
tacita de plata.
Otra vez un piropo en el aire,
otros carnavales,
otras ganas de soñar.
Y acógeme esta coplilla
que nació sencilla
en la barbería
y que un barco de babuchas
rescató del alta mar.
Y me asombra tu obra de arte,
tacita de plata,
porque de la nada
cada cosa cambia,
se vuelve especial:
Las gaviotas como barquitos,
orillitas son tus piedras,
fue un abrazo la marea
que inventara la Caleta
en la entrada de un canal.
Y a media tarde…
como dijo aquel poeta,
cuando el rubio da de mano
y va llamando a sus estrellas,
y el cielo se va tornando,
hay un pincel que pinta casas…
de acuarelas!
Y a media tarde,
¡qué maravilla!
se guiñan dos catedrales,
y una barca con su quilla
dice al mundo
que el caballo no necesita.
Y tiembla con los compases
de un gitano nazareno,
hormiguitas de pasión
recorren Cádiz desde el cielo.
Y una torre es un vigía,
y un barco es un balneario,
casapuertas son garitas,
cañones que son esquinas,
castillos como escenarios...
¡a ver quién dice,
a ver quién dice,
que mi Cai no es un milagro!

martes, 21 de agosto de 2018

PASODOBLES DE MEDIDA (2/4): EL CAPITÁN BABUCHA Y LA TROPA QUE LE ESCUCHA (2016)

Tras la buena acogida que tuvo el año anterior la primera comparsa de esta etapa bigote, y teniendo en cuenta el éxito logrado en el concurso con el pase a cuartos, había que dar un paso más en la preparación de la nueva comparsa, máxime sabiéndose los sonados regresos que ese año se producían. Sentía que, en relación con la comparsa de los barberos, tenía que dar un par de saltos de calidad para repetir clasificación, que con uno no sería suficiente, teniendo en cuenta la dura competencia que se auguraba en cualquiera de los cortes.

“El Capitán Babucha” es, en mi opinión, la idea más original y acertada de todas las que se me han ocurrido hasta ahora. Mi intención era envolver en sarcasmo, dinamismo y lenguaje directo, un inquietante mensaje crítico acerca de las jerarquías humanas y la capacidad para volverse estúpido en cuanto alguien te da un mínimo de poder. Una defensa de la igualdad frente al clasismo, la imposición absurda y la obediencia ciega. Creo que en gran medida se consiguió, aunque lamentablemente algunos solo se quedaran en catalogarla como una comparsa fresca y demasiado cómica.

"El Capitán Babucha y la Tropa que le Escucha", 2016
Fuente: Aula de Cultura del Carnaval de Cádiz

En cuanto al pasodoble de medida de esta comparsa, podemos decir que, si ya en el anterior post de esta serie veíamos qué es exactamente un “pasodoble de medida”, y aceptamos que a lo que nos referimos normalmente con este término es al pasodoble inicial, aquí ilustraremos uno de los formatos más habituales de estas letras: el pasodoble de presentación.

Tenemos que empezar recordando que, hasta no hace tantos años, la presentación no existía en sí misma como parte integrante del repertorio, y que hasta hace menos tiempo aún no se puntuaba en el concurso, no teniendo en absoluto la relevancia compositiva que adquirió en la década de los 80 y sobre todo en los 90.

De esta forma, las comparsas y chirigotas antiguas contaban de forma habitual con una letra de pasodoble que se utilizaba a modo de presentación del grupo. Posteriormente, y a pesar de la irrupción de la Presentación como composición aparte, muchos autores y grupos decidieron mantener esa letra de presentación, por tradición.

El Capitán Babucha, como comparsa de corte clásico en muchos de sus planteamientos, tomó como letra inicial un pasodoble de presentación, al estilo tradicional, con sus partes claramente diferenciadas:
  1. Saludo
  2. Presentación del tipo actual
  3. Recuerdo del tipo del año anterior
  4. Confesión del gaditano que va por dentro
  5. Piropo o mensaje a Cádiz
Esta estructura se puede apreciar, por ejemplo, en la conocidísima letra “Dando nuestro saludo nos presentamos” de la chirigota de Paco Alba “Los Del Bocho” (1955), y en muchas agrupaciones más.

Ha de entenderse que, en aquellos años donde no existía internet, ni el carnaval era tan relevante para ser tan seguido los 365 días del año, era muy conveniente que cada grupo recordara al público qué agrupación habían representado el año anterior. Ya que no siempre se contaba en las actuaciones con presentadores que lo pudieran comunicar al público, incluir ese dato en la letra de presentación ayudaba a que rápidamente el público pudiera identificar a la agrupación sin tener que preguntarse: “¿y esta gente quiéne son?”.

El Capitán Babucha en el Falla
Fuente: www.guitarradegades.com

Te invito a que descubras esas cinco partes en el pasodoble inicial de “El Capitán Babucha y la Tropa que le Escucha”. Pulsa para escucharlo:



Muy buenas noches,
les saluda a los presentes
esta comparsa
que viene buscando norte.
Ya recogimos
las tijeras y los peines,
con lo bien que disfrutamos
cuando dimos esos cortes...
Porque el barbero
se quedó en la barbería,
y al quitarse los bigotes
fue de nuevo ese chaval.
Ese chiquillo
tan sencillo e inocente,
que moría por su gente
y que sentía el carnaval,
que cuando iba a cantar a la Caleta
se volvía majareta,
y era solo un gran babeta,
bautizao en la bajamar.
Y aquí… te quiso querer…
se dejó el corazón...
y ahora vuelve a dejarlo.
Que cuando se abre cortina
se abre la puerta de los milagros.
Soñé... “yo seré capitán
de una copla sincera”,
navegando noche y día,
siete mares, siete meses,
capeando las mareas.
Para pisar,
piso tierra en la alegría,
piso tierra en estas tablas,
en las caras de paisanos
que se están dejando el alma,
piso tierra y no descanso
porque hay tanto que currar.
Y navegar,
que pisando tierra en Cádiz
viene a ser como pisar,
un poquito de las olas,
un poquito de la mar…
Ay, Cádiz,
aquí tienes a tus babuchas,
con más ganas que cualquiera,
con más ganas que cualquiera
y dispuestos a la lucha!

miércoles, 8 de agosto de 2018

PASODOBLES DE MEDIDA (1/4): LOS QUE TE METEN EL CORTE (2015)

Iniciamos una serie de artículos en este blog para empezar por el principio de toda comparsa: el pasodoble de medida. ¿Cómo surgieron en cada uno de estos años estos pasodobles iniciales?

Me gustaría empezar hablando del concepto “Pasodoble de Medida”. Normalmente se llama así a la primera letra que se lleva al grupo, y que sirve para presentar la música. La temática habitual gira en torno al tipo, o bien un piropo a Cádiz, o bien al propio grupo o autores (las denominadas “auto-letras”, muy características en determinadas agrupaciones).

Pero en un sentido estricto una letra de medida no es eso exactamente; se trata más bien de una serie de líneas, normalmente sin contenido alguno, que el músico va escribiendo mientras compone, para ir asentando la música, no olvidarla, y perfeccionarla. Esto se hace así porque, dentro de la propia autoevaluación constante que exige un proceso creativo, suele ser muy útil calibrar la calidad de una frase musical cuando ésta se apoya en palabras, y no en los típicos “na-na-na” o “la-la-la”…


Cuando se ha terminado de componer, queda en el papel una sucesión de frases, normalmente sin coherencia alguna entre sí, que se han ido escribiendo sobre la marcha, sin pensar casi nada, tan solo en la métrica y en la rima. Esta letra servirá como “máscara de entrada” para el resto de las letras que se escriban, ya con sentido e intencionalidad comunicativa. Y esta sería la auténtica “letra de medida”.

En mi caso, hace ya bastantes años que no suelo hacer este tipo de letras sin sentido; me salto este paso, y voy directamente de los “na-na-na” al pasodoble inicial, o pasodoble de presentación de la música, o en un sentido amplio, el “Pasodoble de medida”. Y es a este pasodoble inicial al que dedicaré esta serie de artículos.

La primera comparsa que presentamos al Falla con el grupo “Los Del Bigote” fue “Los que te meten el corte”. Una comparsa inicial, hecha para agradar, cuyo objetivo principal era presentar y asentar las bases de una comparsa joven, pero con las ideas claras, y que anunciara un camino de crecimiento y proyección. Este objetivo se cumplió con tanta claridad que hasta se llevó el “premio” (merecido sin duda, en mi opinión) del pase de fase, con gran satisfacción para todos.

"Los que te meten el corte", 2015
Camerinos del Falla

La historia de cómo se fraguó este grupo daría para otro artículo completo. De momento contaré que el contacto inicial que tuve con ellos fue con un chico de 20 años, que finalmente no salió en la comparsa, pero que me puso en contacto con el resto. En uno de esos contactos iniciales, cuando quise quedar con él me dijo, “no puedo, Fran, tengo que quedarme con mi niña”. “Ah, pero… ¿tienes una hija?”, “Sí, vive con la madre, pero me toca a mí este fin de semana”.

Me quedé cavilando. Yo, que con casi 40 tacos era padre de dos niños pequeños, me intenté poner en la piel de mí mismo con 20 años… ¿Cómo sería eso de ser padre a esa edad? ¿Cómo se integra en la mente de un joven, casi adolescente, el que te digan “vas a ser padre”? Y empecé, sobre aquella música que se fraguó en aquel verano 2014, a escribir versos sin que reflejaran en absoluto la experiencia concreta de este componente, sino más bien una historia bonita, idealizada en mi cabeza.

De ahí surgió el pasodoble inicial de “Los Que Te Meten el Corte”. Un pasodoble que no llegó a cantarse en el Falla, ni en preliminares ni en cuartos, pero que quedó para el recuerdo en el corazón del grupo, porque fue la primera letra que se metió, la que más recuerdos trae a algunos, y con ese puntito de nostalgia que conservan para siempre los principios.

No hay grabaciones en vídeo (o al menos yo no dispongo de ellas) del pasodoble interpretado por el grupo original, pero comparto con vosotros una versión acústica que se marcaron el pasado verano 2017 en el Pay Pay cuatro de los componentes originales: Javi Vázquez, Paco Bueno, Migue Hedrera y Sergi Gallardo:




Cuando las piernas me tiemblan,
cuando la voz se me quiebra,
cuando me saltan las canas,
cuando la boca se seca,
y se me hielan las venas,
me acuerdo de esa mañana…
Tú me llamaste, me dijiste:
“ven pa casa”,
yo me dije “algo le pasa”,
que sentirte preocupada no es normal.
Pero entonces,
con mis veinte primaveras
no me daba la mollera
pa esperarme lo que me ibas a contar…
Dos palabras, una prueba, una sonrisa,
y entre besos y caricias,
afronté la realidad:
Tu vientre selló mi promesa,
te dije “¡princesa,
va a ser una niña!”…
Volví tan tarde de tu casa hasta la mía,
por el camino no paraba de soñar;
que si morena, que si rubia, que si flaca,
pero siempre la más guapa
que pudiera imaginar.
Saboreando cada beso que aún no diera,
enfilé las escaleras,
las subí sin respirar.
Desperté a mi madre
en el silencio de la noche,
sin miedo al reproche
que tuviera que escuchar:
“Ay, mamita mía,
ay, mamita mía,
qué pronto he crecío,
dame un beso y no te enfades,
¡que via ser padre!”.


jueves, 2 de agosto de 2018

RESUCITANDO


Ahora que por fin rompieron las calores, cuando ya empiezan a soñarse las futuras coplas en la cabeza de la mayoría de autores, incluida la mía, y una vez lejos ya los ecos del carnaval que ha pasado, parece buen momento para echar la vista atrás y hacer un poco de balance, a modo de reflexión o simplemente pasando por aquellas coplas que no quiero olvidar.

En mi caso concreto, y en este preciso momento, más me apetece aún esa mirada retrospectiva. Cerrar una etapa y abrir otra nueva tiene estas cosas. Y aunque es cierto que, la etapa “bigote” vendrá conmigo y seguirá presente en mis comparsas, ya que sin ningún tipo de dudas ha sido en la que me he sentido más yo mismo, y en la que he podido expresar las cosas tal y como yo quería, no puedo olvidar que las cosas buenas cuando se cierran deben quedarse cerradas con una bonita sonrisa.

"El Capitán Babucha y la Tropa Que le Escucha", 2016

De esta intención, y de la repetida petición de algunos aficionados, surge esta resurrección de mi viejo blog de letras. “Al Pie de la Letra” nació hace ya casi 9 años como vehículo para que un autor de carnaval pudiera contarle al aficionado curioso cómo se produce ese proceso creativo de la copla, o bien las circunstancias que rodearon ciertas coplas, o bien, simplemente, el texto de dichas coplas.

Luego con los años el blog modificó sus contenidos y propuestas, y un poquito su aspecto (soy pésimo en el diseño). Incluso un año, en el que no escribí nada para el concurso, lo utilicé para hacer crónicas diarias de las actuaciones del Falla, que unos poquitos de seguidores del blog leían y comentaban. Recordemos que, por aquella época (hace escasísimos años), no estábamos tan absorbidos por el fenómeno de las redes sociales. Y yo con mi blog era feliz.

Pero, como me ha pasado con tantas otras cosas interesantes, el blog cayó en las garras de la dejadez y la falta de constancia, hasta recalar en el abandono, del que ya no remontó.

Hoy decido esta resurrección; no es una reanimación temporal o circunstancial, sino que tiene compromiso de permanencia. Viene para quedarse. Y ya me buscaré la forma de cumplir con este compromiso que hoy adquiero contigo. El acuerdo que te propongo es muy sencillo: si entras, te gusta este rollo, lees, comentas (lo que te dé la gana, por supuesto), yo seguiré escribiendo entradas. Coplas e historias hay para sacar de mi baúl, no solo de estos cuatro años; hay muchas más desde aquellos Tristealegres de 2004, cuando empecé a escribir comparsas.

Tristealegres, Fran Quintana
"Los Tristealegres", 2004

 Precisamente, relativa a ese magnífico año de 2004, puedes encontrar más abajo la única entrada que he dejado viva en el blog. Aunque la limpieza iba a ser total, no he podido (¡ni he querido!) eliminar la historia del pasodoble que le dediqué a mi madre aquel año, posiblemente una de mis mejores letras. Sirva dicha entrada como muestra de lo que puedes encontrar, querido lector, si repites visita por aquí de vez en cuando.

Espero que nos veamos muchas veces, y que te guste lo que vayas encontrando.

martes, 30 de marzo de 2010

Yo conozco una señora - Los Tristealegres (2004)

Dicen de los gitanos que no quieren comienzos buenos para sus hijos. Pues se nota que de gitano tengo poquito, porque mi primer año en el mundo de la comparsa no pudo ser mejor. Con un grupazo consagrado, un autor de música como pocos, que me apreciaba y valoraba tanto como para convencerlos de que merecía la pena apostar por mí... Una suerte muy grande la que tuve y a la vez una inmensa responsabilidad: devolver tanta confianza en forma de un repertorio que estuviese a la altura.

La historia de este pasodoble es bonita. Yo tenía muy claro, desde que empezamos a montar la comparsa, que el primer pasodoble iba a dedicárselo a mi madre. Varios años de sufrimientos, operaciones, enfermedades... además de su propia historia personal, de auténtica mujer luchadora, merecían no un pasodoble, sino un repertorio entero. Como muchas otras mujeres quizá; pero claro, mi madre es mía, y a ella le debía y le debo el mayor de los reconocimientos y cariños.

También tenía claro que, dadas las circunstancias, la primera letra tenía que ser una letra de las que no ofrecen dudas. Con el primer borrador que hice se la enseñé a Galleguito. Amigo incondicional hoy en día, por entonces un recién conocido, con el que simplemente había conversado un par de veces, eso sí, de manera muy intensa, como todo lo que hace él. Lo hice porque quería asegurarme de que la primera letra iba a gustar, al grupo y sobre todo a José Martínez.

Galleguito leyó la letra y me dijo: "Tá mu bonita, Fran. Mu bien escrita. Pero... dale un poco más de vueltas. Esta letra está escrita para TU madre, y eso está mu bien, pero tienes que hacerla para que cualquiera que la escuche, pueda pensar en SU madre".

Efectivamente, aquel primer borrador contenía pasajes demasiado específicos de la historia de mi madre. Así que decidí hacerle caso; le di vueltas a las palabras, mantuve todo el corazón y la intención, así como la idea, pero prácticamente escribí un pasodoble nuevo. Como era lógico, se lo volví a mostrar. "Ahora sí", me dijo, y ya más confiado lo llevé al grupo, compartiéndolo previamente, como es normal, con José Martínez y Pacoli, a los que también les gustó mucho.

La acogida en el grupo fue excepcional. Supongo que ellos también estarían algo inquietos por lo que un completo desconocido como yo les iba a llevar, y al escuchar el pasodoble dieron muestras de satisfacción, y me felicitaron todos.

Esa noche me fui para mi casa que me salía; por encima de todo, muy orgulloso de que mi madre pudiera tener su letra y su grupo que se la cantara, y cómo no, con el coco hirviendo de nuevas ideas para las siguientes letras.

El pasodoble está dedicado a mi madre, y a cualquiera de las de ustedes, por supuesto. Pero el artículo quiero dedicárselo a mi buen amigo Geni (un auténtico genio de la música), que desde su plácido exilio en tierras murcianas sigue viviendo el carnaval intensamente, y sigue acordándose de mí y de esta letra, que sé que le gusta un montón. ¡Muchos besos para él!

(Vídeo de la actuación en Los Pabellones. El pasodoble, en el minuto 2:30)



Yo conozco una señora,
llena de gracia, sufrimientos y quereres.
Hembra santa y luchadora,
es bendita entre todas las mujeres.
La ternura de una niña,
el saber de la experiencia,
no habrá nadie que te diga
las verdades de la vida
como ella te las cuenta.
Si vienen vendavales
se convierte en roca dura,
se llena de valor
como Agustina de Aragón,
tiene en su pecho una armadura;
y el corazón más grande
que Teresa de Calcuta.
Es Juana de Arco,
su indestructible fe mueve montañas.
Habla a su Dios cada día,
le cuenta su vida,
pero si alguien toca a sus hijos
se viste de guerra y hasta mataría.
Revolucionaria
como Mariana Pineda,
pasó más condenas
que La Pasionaria.
Ay, mi viejecita,
no hay quien te supere,
porque eres la más bendita,
bendita entre las mujeres.

PASODOBLES DE MEDIDA (3/4): EL RINCONCITO DE LOS MILAGROS (2017)

La tercera comparsa de esta saga, El Rinconcito de los Milagros, nace a partir de las bonitas sensaciones de nuestro queridísimo “Capitán ...